Las comunidades educativas del Instituto de Profesorado Concordia, de Bachillerato Humanista Moderno y del Instituto Hermano Septimio, la recordaremos por su extraordinaria personalidad y trayectoria, con la más alta consideración en nuestras instituciones.
Compartimos algunas reflexiones de quienes compartimos el mismo tiempo con ella:
“Su generosidad se hizo inmensa, en especial con los alumnos que cursaban Seminario, en el último año de la carrera de Filosofía. En ella su don se vestía de anfitrión, porque si no alcanzaba el tiempo en el aula, en el pasillo o biblioteca del Instituto, ella se hacía un lugar para continuar en el living de su casa. Allí además de una veintena de libros, nos deleitábamos con algún sabor que ella convidaba. Si, así ella donaba su tiempo, hoy tan valioso, su saber y orientación para poder cerrar nuestra preparación.
Compromiso con el ser docente y su eterna preocupación en formarnos críticos, con argumentos sólidos, y con corazón humilde como ella nos enseñó.
Descansa en paz, su legado por decisión de ella supo mostrarse a generaciones de docentes.»
Prof. Stella Fernandez
“María Emma es una persona generosa en todos los sentidos. Lo fue como profesora, explicando los temas muchas veces y de diferente forma. Pero sobre todo compartiendo el conocimiento, no guardando nada para ella. Una actitud despojada de egoísmos y vanidades. Y con un gran respeto por sus alumnos, con quienes dialogaba mientras los formaba como docentes. Con capacidad de alegrarse por sus progresos y elogiar sus virtudes. También enseñaba con su fe religiosa que la practicaba con devoción sincera.
En lo material recuerdo que prestaba y regalaba libros a sus alumnos. Cuando le interesaba un libro, compraba dos iguales, porque uno era para leer ella y el otro para donar a la biblioteca del IPC.
Además, su conocida dedicación a los animales, los que amaba tanto como al conocimiento. Ellos eran sus compañeros de caminatas por las calles, perros y palomas. Y en su casa también los gatos.
Muchos tuvimos la suerte de tenerla como docente siempre, porque la considerábamos nuestra profesora, aunque ya tengamos el título. Era “la profesora” a la que recurríamos ante cualquier duda y problema en nuestra tarea docente.
Siempre teníamos y tendremos algo que aprender de ella.
¡¡GRACIAS MARIA EMMA!!»
Prof. Araceli Ortiz
“Como profesora de Filosofía, trajo a las aulas a los grandes maestros filósofos del pasado. Formo a muchos que siguieron sus huellas en los últimos cincuenta años.
La afabilidad, la discusión serena, la sonrisa puesta al servicio de su vocación docente, su desprendimiento material y la ayuda a los desposeídos. Sembró amor y cosechó la admiración y reconocimiento.
Su paso por la vida y sus realizaciones persevararán. Como condiscípulo de la Primera Promoción de profesores del Instituto de Profesorado “Concordia” y como ex-Rector del Bachillerato Humanista Moderno, donde ella fue pilar de la excelencia en la enseñanza, la despido de este mundo, en la seguridad de que en el cielo está ante la presencia de Dios padre.”
Prof. Heriberto M. Pezzarini